¿Es porque soy un perro
Como los otros perros
Cerrado sobre todo
A sus propias preguntas
Duro a causa del miedo
Que pregunto?
¿Para que el perrerío me conteste?
¿Acaso conozco yo los fundamentos
De nuestra vida de perros?
¿Me hago una idea de su profundidad?
En las minas y en los manicomios
O zurciendo aquí y allá
La trama del tiempo
¿Y espero
Que por el efecto de mis preguntas
Todo termine
Se venga abajo
Texto: Un ejercicio de reescritura kafkiana, por Eduardo Magoo Nico.
Foto: Alejandro Pi-hué.
Se venga abajo
Sea abandonado?
No
Ya no lo espero
Yo los comprendo...
Soy sangre de su sangre
Siempre rejuvenecida
Siempre exigente
(Sangre canina)
No es sólo sangre
Lo que tenemos en común
También el saber
Y las llaves de este saber
(No podríamos poseer esto sin lo otro)
Del morder en común viene la fuerza
Si todos mordiéramos juntos
(Es una metáfora)
El hueso se abriría sólo
(Lo sé, continuar con esta alegoría es tender a algo
monstruoso)
Este débil perrito ha siempre querido comerse la
médula
Y desde pequeñín (pues los perritos también
comienzan pequeños)
Estuvo con los que presionan para que esto se
realice
Lo monstruoso es que yo quisiera alimentarme
No de la médula de un hueso sólo
Sino de la médula del mismo perrerío
Sólo
Absolutamente sólo
¡Guau guau guau!
(Es una onomatopeya)
Es decir, la médula de la que aquí se habla
No es un alimento
Sino su contrario
Un veneno
¿Cuánto tiempo aún aguantarás que el perrerío
Del que vas tomando cada vez mayor conciencia
Guarde silencio y siga guardando cada vez mayor
silencio?
¿Cuánto tiempo lo sufrirás?
Con la vejez, las preguntas se apagan
Probablemente moriré en silencio
Rodeado de silencio
Y esto lo veo venir con absoluta tranquilidad
Nosotros los perros
Resistimos a todas las preguntas
Un baluarte de silencio
Eso es lo que somos
Los perros
Texto: Un ejercicio de reescritura kafkiana, por Eduardo Magoo Nico.
Foto: Alejandro Pi-hué.