jueves, abril 19, 2012

Variaciones sobre un tema






La verdad, es que cuando era chico
A mi el amor me arrasó.
Yo me escondía a lloriquear detrás del piano
Mientras las maderas gemían
Las cuerdas hubiesen querido consolarme
Los martillos golpeteaban en sordina
Y las polillas curiosas
Volaban a mi alrededor.

Debo decirlo,
A mi el amor me quemó.
Yo veía en el cono de luz
Del único rayo que había logrado atravesar la persiana
Pequeños seres de polvo en suspensión
(Eran como diablitos)
Fue cuando quise tocarlos
Que el amor me atravesó.

Las horas siguieron pasando iguales,
Pasaron muchas, las Horas
(Que son un montón de hermanas)
Mi madre en la cocina continuaba repitiendo:
¡Cómo puede ser que no me reconozca!
Mis primas me miraban azoradas, desde el corredor
Y nadie entraba a la habitación
Con su gran cama verde, perfecta
Donde yo, sin saber
Despertaba.

Luego todo recomenzó.
(Aunque, según mi padre, yo ya no era el mismo)
La escena se repetía:
Él amenazaba y golpeaba,
Mi madre gritaba, mis hermanos sufrían
Y yo siempre me escapaba
Corría corría
Me escondía todo el día,
Hasta que los vecinos salían a buscarme.

Cuando me llevaban al campo
Me iba con mi amigo Alejandro
(Que era baqueano)
Y nuestros hermanos mayores, salían a buscarnos,
Una vez nos ataron a un árbol con alambre.
Apenas podía, igual yo me escurría,
Me metía entre las leñas
Detrás de los galpones,
Donde se esconden las iguanas
(Que me hacían lugarcito)

Desde mi escondrijo veía a mi hermana chiquita,
Que jugaba sola y no sabía
(Ni siquiera mi madrina sospechaba)
Lo que a mí me sucedió,
A mi el amor me devoró.

La vergüenza ahora, casi me arranca la carne
Pero igual voy a decirlo:
Me siguen atando con alambre
Y no soporto la vida
Que quieren hacerme hacer.

Cuando era chico me escondía a llorar detrás del piano
Y el aroma de goma laca del lustre, me embriagaba
Las polillas ronroneaban en sus agujeritos
Y alguna que ya me conocía, me decía
¡Nosotras te hacemos compañía!

Un día sucedió,
Vino una música y me salvó.
Sí, vino una música y me salvó...
Yo daba vueltas y vueltas feliz
Girando en el taburete de tres patas:
¡Hasta el crack!
Mi padre amenazaba, y mi madre gritaba,
Y a mi no me importaba nada.
Porque, ¿quieren que les diga la verdad?
A mi la Música me Salvó.

Cuando no podía escaparme
Me pasaba el día con mi perra en la terraza:
Las sábanas volaban y se rompían en el azul
Las botellas vacías hacían: buh, buh, buh
Y las baldosas rojas se encendían, hasta volverse incandescentes.
Entonces yo me metía en el hueco de los techos sobre el baño,
Y espiaba por los ventiluces de las casas contiguas
Tratando de dilucidar algún Misterio...
"Lady" mientras tanto me cuidaba y me lamía (me lamía todo el día)
Porque ella sí sabía, que a mi el amor
Me había encontrado
Me había vaciado
Y que...

Mi padre también solía esconderse:
Se encerraba a oscuras en el dormitorio,
A tocar el bandoneón...
Yo lo escuchaba sentado contra el marco,
Con la oreja pegada a la tabla blanda de la puerta
(Que a veces quería hablarme, pero yo le decía: Shhh!)

Comenzaba siempre con el mismo tema
¡Pobre papá! (Tal vez era una melodía del abuelo Ernesto...)
Luego se perdía en tantas variaciones,
Las notas formaban racimos entre rayitas variopintas
Y las armonías contrapuestas, trepaban por las paredes
Como la hiedra, en el patio de atrás,
Y hasta alguna que otra hojita
Se asomaba por debajo de la puerta
Para hacerme cosquillas en los pies...

Así yo fui poeta.


Ilustración: Gustavo Piccinini (Guti)
Texto: Eduardo Magoo Nico
Audio y voz: Héctor Ledo