jueves, noviembre 12, 2015

Néstor Ortiz Oderigo

 
 

DICCIONARIO DE AFRICANISMOS EN EL CASTELLANO DEL RIO DE LA PLATA

 
(Algunos ejemplos resumidos por mi de esta magnífica obra, al solo efecto de su divulgación) E.M.N.

 
Ají. Los esclavos y sus descendientes brindaron "platos" diversos a la cocina del Nuevo Mundo, distintos condimentos y aun técnicas y utensilios para la preparación de los alimentos. El ají es uno de estos ingredientes. La dicción aparece en distintas lenguas africanas. En el idioma hausá o ausá, posee el significado de "especie picante", "algo picante", etc.

¡Ajó! Interjección con que se incita a los niños para que hablen. T.J. Bowen, en su Grammar and Dictionary of the Yoruba Language, Washington, 1858, cita la exclamación nagó o yorubá ¡ojo!, que bien puede haberse trocado en ajó gracias a los dilatados años durante los cuales el vocablo africano surcó las rutas americanas, sobre todo pronunciado por las amas de leche y las mucamas que, provenientes del Africa, trabajaban en América.

Amurar. En el lunfardo o caló de nuestra ciudad el vocablo adquiere distintas acepciones. La palabra proviene del hausa, hausá o ausá en el que amure significa "casamiento". También se registra el sentido de "abandonar". Con esta última acepción, dice el tango: "Percanta que me amuraste en lo mejor de mi vida".

Bamba. Bamba era una de las seis antiguas provincias del viejo y famoso Reino del Congo. En el Río de la Plata otorgó denominación a una "nación" congoleña. En México, el vocablo bamba brinda nombre a una conocida y vetusta danza folclórica de origen africano, hija del negroide Estado de Veracruz. El término procede del kimbundu m bamba que significa "nudo". De ahí que los bailarines, sin interrumpir el desarrollo de la danza, anudan una soga con los pies. En la Argentina, los miembros de la "nación" bamba poseían un canto titulado Bamba queré, que aún hoy posee amplia vivencia y vigencia folclórica en el Brasil.

Badulaque. Tonto, persona de poca razón y sin fundamento en sus ideas o comportamiento. La dicción encuentra su génesis en el idioma cafre, pueblo bantú que habita en la parte oriental de Africa del Sur.

Benguela. Al amparo de la denominación de benguelas o banguelas se introdujeron en el en el Río de la Plata innumerables esclavos. En la Argentina, la "nación" de estos nombres, aliada de sus congéneres los comundás, llegó a conquistar un agudo vértice de significación. Trátase de un grupo etnocultural de raíz bantú. En el candombe nos decía un anciano informante afroargentino se practicaba el "toque" tamborístico benguela, caracterizado por su tempo o movimiento rápido, violento y raudo.

Cachimbo. Pipa rudimentaria que usaban para fumar los negros y las negras del Río de la Plata, sobre todo durante la época de la esclavitud. Estribaba en una fina caña de alrededor de treinta centímetros de longitud, por la cual pasaba el humo del tabaco o del pango que se quemaba en un pequeño receptáculo, por lo general de arcilla. Jose Antonio Wilde en su conocida obra sobre nuestra ciudad y sus costumbres anota: "Las negras lavanderas allí en el verde en invierno y verano, hacían fuego, tomaban mate y, provistas cada una de un pito o cachimbo, desafiaban los rigores de la estación...". El termino procede del vocablo kimbundu ka-tchimbu.

Cachucha. Baile afrohispano también conocido con la denominación de María Cachucha, nombre con el que en el Río de la Plata se incorporó al ambito de los juegos infantiles. en el lunfardo porteño, el vocablo designa el órgano genital femenino. Es un africanismo engendrado en el horizonte de las culturas angola congoleñas.

Candombe. El vocablo candombe brinda denominación a una ceremonia afrorioplatense de dilatada tradición. Se adjudica el nombre al ritual que se llevaba a cabo, a la especie musical con que se acompañaba y al tambor unimembranófono que señalaba su pulso. Deriva del adjetivo kimbundu (erguida rama del frondoso árbol de los idiomas bantúes) ndombe, cuya acepción es "negro", y el prefijo de concordancia ka que aparece con suma frecuencia en esa lengua. Por consiguiente, significa "negro", "perteneciente a los negros", "propio de los negros", etc. Ha sido registrado en distintas latitudes africanas en que florecieron las culturas bantúes. Y hasta una región de Angola, desde la cual llegaron millares de negros al Río de la Plata, lleva la denominación de Candombe. Por otra parte, fue incluido en el canto patriótico en que los negros uruguayos celebraron la libertad de vientres rendían homenaje a la Constitución. Suscripto por "Cinco ciento neglo de tulo nasiones", ha sido adjudicado a Francisco Acuña de Figueroa:

Compañelo di cadombe

pita pango e bebe chicha.

Ya le sijo que tienguemo

no se puede sé cativa:

Po léso lo Comundá

lo Casanche, lo Cabinda,

lo Benguela, lo Monyolo,

tulo cantag tulo grita...

Congo. Extensa comarca del Africa ecuatorial. Está poblado por negros bantúes. Congo también es una danza afroamericana bailada en diversos países del Nuevo Mundo, sin excluir a la Argentina. Se relaciona con la coronación de los reyes congos. Esta danza también se bailaba, semejante a la congada afrobrasileña y al candombe afrorioplatense en la Plaza Congo de Nueva Orleáns, Luisiana, Estados Unidos, donde la observó el escritor Lafcadio Hearn. La danza congo pertenece al acervo musical y coreográfico que respalda al jazz y a diversas ramas de la música afroestadounidense. En el Río de la Plata presenció la ejecución del baile citado al amparo de las denominaciones de chica, chika o martinica. Asimismo, el vocablo congo proporciona título a un tambor unimembranófono afroargentino, también llamado omo o niño, y utilizado asimismo por los negros de Haití para acopañar sus bailes litúrgicos y seculares. El vocablo congo dimana de la voz congoleña kongu, que significa "viejo", "antiguo".

Cumbia. Baile afropanameño y afrocolombiano. Este vocablo proviene del término yoruba o nagó kumba, que significa hacer ruido, gritar, armar escándalo; así como brujo, hechizero, mago, adivino.

Chimango. Ave de rapiña, de color pardo oscuro, pico y garra curvos. La palabra encuentra su fuente de orígen en la voz kimbundu xima-ngu.

Chongo. Vocablo de linaje kimbundu. Lo empleaban los tratantes de "marfil negro" para referirse a los esclavos robustos, dotados de excelentes condiciones físicas que los tornaban muy aptos para el trabajo. En el lunfardo de nuestra ciudad, y en el ámbito de cierto tipo de personas, se adjudica al individuo poseedor de cualidades "pronunciadamente varoniles".

Mucama. Se trata de un término africano derivado del kimbundu mukama, formado por el prefijo de primera clase mu y el radical kama. Durante la época colonial, en el Brasil, se aplicaba a las jóvenes esclavas que trabajaban en las casas de familia y eran amantes de patrones. La misma acepción posee la dicción en Angola, desde donde llegó la voz al Río de la Plata.

Milonga. Denominación de uno de los bailes tradicionales de nuestro país. En kimbundu, la voz, que se construye con el prefijo mi y longa, palabra, y cuya forma singular es mulonga, literalmente quiere decir "multitud de palabras", "palabrería hueca", "disputa verbal", "discusión acalorada", "querella", etc. Con idéntica significación se la utiliza en el Brasil y, sobre todo, en Pernambuco, donde la hemos escuchado pronunciar. Agreguemos que milonga, tango primitivo y ragtime poseen el protoplasma y la membrana del mismo núcleo de la célula musical africana y afroamericana. Cabal ejemplo de ello, entre muchos otros, es la página rotulada El porteñito, de Angel G. Villoldo, que es un ragtime perfecto, un Perfect Rag, como dice la obra de Jelly Roll Morton. Además de la acepción apuntada, en el idioma kimbundu, posee el significado de "mujer de vida inmoral" y en este caso se utilizan asimismo formas como milonguita y milonguera.

Mina. Trátase de un término muy notorio en el lunfardo o caló porteño. Según nos informan diversos viajeros y exploradores, los negros minas cobraron notoriedad por sus fiestas y diversiones en el que las mujeres lucían aderezos espléndidos y espectaculares y vistosas y rutilantes alhajas, así como demostraban un carácter jovial y expansivo. Por lo cual la voz de que hablamos se convirtió en una expresión alusiva a la mujer y en particular a la mujer de vida disipada. Vale la pena señalar que los negros minas, también llamados guin, integrantes de una de las naciones sudanesas que la marea esclavista trajo al Río de la Plata, heredaron el primero de estos nombres del tristemente célebre fuerte Elmina o Sao George de Mina, capital emporio de esclavos en poder de los portugueses y la primer factoría negrera, fundada en el año 1470 y visitada por Colón en sus andanzas esclavistas antes de emprender viaje al Nuevo Mundo. El vocablo pertenece al idioma yorubá o nagó de Nigeria y parte del Dahomey, en el Africa Occidental.

Pango. Hierba que utilizaban los negros del Río de la Plata y de otras regiones americanas en lugar de tabaco para fumar. Su nombre científico es Cannabis sativa L. Beaurepaire Rohan anota que es "el nombre angoleño del cañamo". En kimbundu, el cáñamo se denomina pango o diamba. La corriente esclavista introdujo el pango en diversas latitudes del Nuevo Mundo, aun la Argentina y el Uruguay, países en que los negros lo fumaban en sus pipas, cachimbos o pitos. Francisco Acuña de Figueroa, en su Canto patriótico de los negros, que aparece en el conocido Parnaso Oriental, escribe:

Compañelo di candombe,

Pita pango y bebe chicha, (...)

Tango. A nadie pueden conformar, ni remotamente, las apresuradas incursiones filológicas que, hasta el instante en que vivimos, se han realizado acerca de esta voz, sin tener el más leve conocimiento de lenguas africanas, ni de cuestiones africanistas. Puntualicemos sin tardanza que la dicción tango es, lisa y llanamente, un africanismo, una corrupción del nombre de Shangó o Changó, dios del trueno y las tempestades y numen de la música, así como posee otros atributos en la mitología de los negros yorubás de Nigeria, en el Africa Occidental. Y esta aseveración cobra cuerpo y se robustece si tenemos en consideración que en la Argentina, así como en otros países de nuestro continente, el tambor llevaba el nombre de la popular danza y que, en la mencionada mitología, Shangó es el dueño de los membranófonos, a tal punto que existen ciertos percusivos, como los batás que, hasta la hora presente, sobreviven en Cuba y acaso en Trinidad, donde los rituales litúrgicos de origen africano llevan, precisamente, la denominación de Shangós, que sólo se tañen para ese dios temido y temible.

Tango cayengue. La expresión se aplica a los tangos de tañidos bien "quebrados", "a lo raza africana", como antes mal se decía.
 
 
Néstor Ortiz Oderigo, "DICCIONARIO DE AFRICANISMOS EN EL CASTELLANO DEL RIO DE LA PLATA", EDUNTREF, Editorial  de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, abril de 2007.