miércoles, octubre 08, 2025

Las olmas


 

Junto al estanque,

bajo la olma

(pájaros para la mente)

tiene su altar la ninfa.


Las lámparas flotan

y en las ramas hay voces.

Desde el verde profundo de un ojo

luz y cristal que fluye.


De agua son las almas de las ninfas,

primero pétalos, y luego lluvia fresca.

Un amanecer a escala de pez.

Los jilgueros picotean brotes de hierba.

Yo me aventuro al umbral de Perséfone.


Donde hay amor hay ojo.

La roca mira al mar desde el ocaso.

Como las lunas

las ondas se elevan y descienden.

Una barca a remo.

Alas frágiles, espuma blanca,

una gaviota

y el amor moviendo las estrellas.


Si sus ojos afloran como la hoja del jacinto

y su cuerpo de luz asoma en la superficie...

¿Dejará de avanzar el cometa?

¿Callará por siempre el muy sonoro robledal?


El amor rema y rema.

Las olas cristalinas entretejen un ajuar.

Dos ojos vaciados de obsidiana, observan.

La garra del mar, por fin, lo arrastra

como si fuese una cascarilla.


No hay éxtasis,

no hay grito.

Bajo las olmas,

hondas campanadas de silencio.



Texto: Eduardo Magoo Nico.