martes, marzo 05, 2013

Lo que sube es la humedad


                                                                                                      
 De debajo del agua

Han extraído durmientes

Leño que yace

Mientras la Luna se recoge

(Algo inquieta)

En la penumbra

(Tal vez se muerda los labios)

¡Es que está tan atareada la pobre

Que apenas le queda tiempo

Para ver a su Endimión!

 

(Subida del Monte Análogo)

 

¡La montaña!

La montaña, sí

La montaña

Dicen que fue una gran escalada su poesía

Su empe-cima-miento

Su en(oo)rme trabajo del mundo

Su locura

 

¿Hacia ese solo agujero seguiremos rodando?

¿Al pozo sin-fin?

¿Sin un refugio siquiera donde recogernos?

¿Sin costado?

¿Sin alero?

¿Sin nada-de-nada debajo del agua?

 

Hacia el solo agujero se rueda

(A dios rogando y con el mazo dando)

¿Por qué quedarnos entonces allí, inmóviles

Asidos al trapecio de su lecho de agujas?

Es como si un mismo padre

Nos siguiera pegando:

 

Con los pies descubiertos

Con los dientes de lobo

Con el cinto de nácar

 

¿Con la bota de iguana?

 

Yo conocí todas las gradaciones del castigo

Yo conozco bien las marcas de todo lo castigado

 

No Amor, así no sigas...

Revuelve y amasa las piedras

Con aceite de cedro

Y con cruda linaza

Y deja entonces que venga esa niña

Que dice ser tan buena

(La que no resuelve)

(Y revuelve, y revuelve, y revuelve)

La que arruinó tu destino

 

Las piedras más redonditas

Déjalas macerar en los pliegues de tu carne

(Olvídate de ese fantasma: no hay ningún cuerpo en la carne)

Y luego de un tiempo

Lanza por el aire esos cantos-adorados

Hacia un (no-cualquier) tejado

De madera gris

 

Los Alerces te dirán todo lo que crean necesario

(Las preguntas siempre están de más)

Un viejo Lahuán, tal vez

Te guiará hasta allí

 

Pero revuelve aún, y busca en las piedras

Busca y rebusca

La negra, la roja, la blanca

Y tu calfucurá de profunda agua marina...

¡A que es muy bonito ese manantial

De serena Inconsciencia!

 

No, no tengas miedo niño

De sentirte niña

Puedes también pintarle estrellitas

(Tienen que ser muy chiquititas...)

Pues serán para la cuna

Donde jugará tu hija

Con el Péndulo Azul...

 

Y frente a nosotros

Coronada

Insolente

Análogamente inmensa

¡La Montaña!

¡La Montaña!




Texto: Eduardo Magoo Nico

Foto: Gustavo Piccinini

3 comentarios:

JON GALLEGO OSORIO dijo...

sigo leyendote magoo...
gracias por compartir.

felisa dijo...

Tan bello como el semblante de la misma Marina.
Gracias por tus palabras
Monaset

Efectos Cluster dijo...

Soy seguidor del blog.
Excelente material.

Asociación de montanistas argentinos K.