¿Qué partícula de pensamiento
Qué resto de gente, quedará
Viva o muerta
En el país
Luego de la masacre?
¿Qué resto quedará
Que no lleve su Marca?
Medio enteros
Resistentes
Postergados
En la nada diferida de un pueblo
A quien el Destino ha brindado
El sufrimiento
Como diversión de cuatro bastardos
La vida no vivida, como vida
La irrealidad, como realidad
Legiones de esclavos pasaron
Por la red de túneles del contrabando
De este puerto miserable
Sobre la cual
El viejo fuerte se asentó
Ese mismo, que hoy
Mal enchastrado con cal viva
Y sangre de toros
Cubre su horrenda facha
Con la apariencia de un Palacio Francés
Desde el cual se nos gobierna
Buenos Aires fue, y es
Una ciudad negrera
En Retiro, Plaza San Martín y Parque Lezama
Estaban las Compañías, es decir
Los “mercados” negreros
A una cuadra de Plaza de Mayo
La “ranchería” de esclavos de los Jesuitas
A cuatro cuadras, la de los Dominicos
Un poco más allá, la de los Franciscanos
La merca (con Marca), se vendía
En los arcos del Cabildo
Y en los patios de los Azcuénaga Basavilbaso
No darles entierro a los que mueren
Era común
Atados a las colas de los caballos
Los arrastraban para tirarlos en los huecos
(Como se hace hoy, con los pibes, en los barrios)
Uno de aquellos huecos, hoy se llama
(¡Qué gran ironía!)
“Placita Roberto Arlt”
De las barracas donde eran internados
Para la cuarentena, el palmeo y el calimbado
De las zonas de engorde, bañaderos
Poco o nada, se sabe
Como muy poco se supo ayer
(Y se sabrá mañana)
De los “chupaderos” y las cárceles clandestinas...
¿Qué resto, me pregunto, quedará
De lo que fue un gran proyecto de país
Que no lleve esa Marca?
Texto: Eduardo Magoo Nico
Foto: Alejandro Pi-hué
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