miércoles, febrero 07, 2024

¡Ay, patria mía!


 

¿Qué partícula de pensamiento


Qué resto de gente, quedará


Viva o muerta


En el país


Luego de la masacre?




¿Qué resto quedará


Que no lleve su Marca?




Medio enteros


Resistentes


Postergados


En la nada diferida de un pueblo


A quien el Destino ha brindado


El sufrimiento


Como diversión de cuatro bastardos


La vida no vivida, como vida


La irrealidad, como realidad




Legiones de esclavos pasaron


Por la red de túneles del contrabando


De este puerto miserable


Sobre la cual


El viejo fuerte se asentó




Ese mismo, que hoy


Mal enchastrado con cal viva


Y sangre de toros


Cubre su horrenda facha


Con la apariencia de un Palacio Francés


Desde el cual se nos gobierna




Buenos Aires fue, y es


Una ciudad negrera


En Retiro, Plaza San Martín y Parque Lezama


Estaban las Compañías, es decir


Los “mercados” negreros




A una cuadra de Plaza de Mayo


La “ranchería” de esclavos de los Jesuitas


A cuatro cuadras, la de los Dominicos


Un poco más allá, la de los Franciscanos


La merca (con Marca), se vendía


En los arcos del Cabildo


Y en los patios de los Azcuénaga Basavilbaso




No darles entierro a los que mueren


Era común


Atados a las colas de los caballos


Los arrastraban para tirarlos en los huecos


(Como se hace hoy, con los pibes, en los barrios)


Uno de aquellos huecos, hoy se llama


(¡Qué gran ironía!)


“Placita Roberto Arlt”




De las barracas donde eran internados


Para la cuarentena, el palmeo y el calimbado


De las zonas de engorde, bañaderos


Poco o nada, se sabe


Como muy poco se supo ayer


(Y se sabrá mañana)


De los “chupaderos” y las cárceles clandestinas...




¿Qué resto, me pregunto, quedará


De lo que fue un gran proyecto de país


Que no lleve esa Marca?



Texto: Eduardo Magoo Nico

Foto: Alejandro Pi-hué

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