La más perfecta carne al partir
Parte el ser
En mil fragmentos desiguales
Un sentimiento de profundo
Y singularísimo
Afecto
Me inspiraba Noelia
Cuando su rostro atravesó
La ventana
Su magnífica cabellera de lluvia y llanto
Llamó la descarga
Un fuego hasta ese entonces desconocido
Que ni abraza
Ni envuelve
Ni quema
Encendió la más perfecta carne
Que al arder
Rompió su imagen
En mil porciones diminutas
Amarga y torturadora
(No de Eros, no de Psique)
Fue la convicción gradual
De que en modo alguno
Yo podría definir
Su carácter insólito
O regular su intensidad
Texto: Eduardo Magoo Nico
Ilustración: Gustavo Piccinini