jueves, octubre 19, 2023

Catriel


Su respiración agita los banderines

Estremece rítmicamente sus senos

Mueve las olas de papeles que nos circundan

Sacude luego su cabeza liberándola de toda distracción


Mete la mano entre los pliegues de la blusa

Lo hace con tal fuerza que salta el botón

Saca algo

(Es mi sentencia de muerte)

El aire se adensa con su tufo carnal

Lúbrico 

Libidinoso 

Salaz

Voluptuoso 

Impúdico


Sus vaharadas se expanden

Llenan el aposento

La náusea me paraliza

Olor a hembra

Lo veo

Enrosca sus cientos de brazos a las vigas

De mi inexpugnable eremitorio

Me mira ciegamente...


Entra oportunamente Catriel, a mi cuarto

Comienza a olisquearla desde los tobillos

Las combas de las nalgas 

La entrepierna

El deseo relampaguea en sus ojos legañosos

El anciano perro jacobino vacila

Gime un poco

Retira el hocico de los mórbidos valles

La espumosa baba ya gotea...


Alzándose sobre sus patas posteriores

Se abalanza sobre la naifa 

Que retrocede y cae sobre el catre

-¡Perro carbonario!

No debes tratar así a las señoras...

¡Perro misógino y cascarrabias!


Entonces, resignado 

El fiel cuadrúpedo obedece

Se sienta sobre el estómago de la muchacha

(Haciendo más que evidente su dominio)

Y espera al amo...


Texto: Eduardo Magoo Nico

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