domingo, mayo 15, 2022

El casamiento


 

 Disparatada bóveda

Tras la entrada que no entra

Clavado con el bulto

Nadie

Nada

Toca

Es mejor no moverse

(Quería huir y no podía)

Yo también a veces

¿De dónde saliste?

¿No ves que soy como vos?

Somos de carne y hueso

¡Buh..!

Y estamos en alguna parte (según parece)

Sin embargo todo es a-normal:

¡Hola!

¡Hola!

Pernoctar se puede (pero con delicadeza)

Con corrección

Con educación

Bueno, abracémonos

Un momento, no se puede...

Porque de eso sale después tanta porquería

Es evidente

No aguantaron

De padres y madres, enloquecieron

¿Que haremos?

Nada

Nadie

Comería algo, sin embargo

(Como si tocasen campanas proferir palabras en alta voz…)

Pregunto: ¿cuándo comeremos?

¡Detente con tu cuchara!

Este lugar me recuerda algo

Desfigurado

Desmoronado

(Todo el tiempo estoy hablándome a mi mismo)

¡Detente con tu cuchara, porque todavía yo no lo levanté la mía!

¡Yo ya no soy hijo!

Buena la sopa... (éste teme que le pegue)

Me gustaba aquél mondongo...

Si vos podés, yo también puedo

¿Y no sentirías remordimientos?

No, porque uno imita al otro

Eso sí que nos viene como anillo al dedo… ¡ja ja ja!

¡Jo, jo!

Pero no se trata de eso, aquí hay alguien más:

Es una muchacha para servir... (y está bastante bien servida)

Se puso como un tomate la pobrecita...

Se ve que sabe

¿Otra vez te pica, che?

El provolone

Hablando de todo un poco: ¿Los conocidos viven?

Algunos

A mi me da lo mismo

(Con qué facilidad digo “me da lo mismo”)

¿Si fuese ella, entonces, porqué no nos habla?

Ella no es (ella fue)

De la novia una sirvienta se hizo

Taponada

¡Y por siempre encarcelada en ramera!

Un detalle...

Es un detalle

A millares de muchachas les sucedió lo mismo

En todo el mundo

En Kiev y en Barcelona

En París y en Verona

En Cracovia y en Goritzia

En Junin y en Buenos Aires

El hijo ha vuelto a la casa pero la casa

Ya no es Casa

Ni el hijo es Hijo

¡Qué nadie vuelva a nada!

Sí, bailemos

¡Qué sean felices!

Mamá: no hay que llorar…


Texto: Eduardo Magoo Nico - Una paráfrasis de "El Matrimonio" de Witold Gombrowicz.

Foto: Alejandro Pi-hué.

 

 

 

 

 

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