sábado, septiembre 07, 2019

El borde del galanteo

 

Para el sonido soñoliento del agua

 

(Visión y reposo)

 

Para eso vivirían...

 

Supongo

 

Ya que despreciaban todo trabajo

 

Asalariado

 

 

 

Su política

 

Una colección de imágenes

 

Que se integraban como en un puzle

 

(De un gigante colectivo)

 

A una colmena perfectamente organizada

 

 

 

El individuo era para ellos

 

Un pobre desgraciado

 

Cuya condición

 

No alcanzaba siquiera

 

La de un verdadero “ser humano”

 

 

 

El arte sin embargo

 

No dejaba de ser

 

Un gran impedimento

 

Dibujos demasiado inestables...

 

Pobres representaciones y cuentos

 

(Una noche de exposición al rocío

 

O el roce de un coito en el barro

 

Bastaban para borrarlos)

 

 

 

Hablaban

 

(Mientras se encaminaban hacia algún lugar)

 

El esperanto pasivo de los mendigos

 

Sólo una inesperada invención podía turbarlos

 

Así y todo...

 

La total indiferencia tenía su encanto

 

Vago, pero apreciable

 

 

 

No existía en su peregrinar momentos fijos...

 

Salvo cuando la naturaleza

 

Cerrando sus valvas

 

Mostraba un solo borde continuo

 

Afilado y terso

 

Que ellos solían denominar

 

“El borde del galanteo”

 

 

 

Iban, por lo general

 

Montados a caballo

 

Llevando con ellos un carro liviano

 

Con lo imprescindible para asentar un campamento

 

Rara vez se marchaba más rápido

 

Que un hombre a pie

 

El justo “tempo” del movimiento humano

 

 

 

Ella supo tener cuando niña

 

Un caballito dorado

 

Que llamó Jenjibre

 

(Y que aún conserva)

 

En ese desaliño residía

 

(Exásperadamente)

 

Toda nuestra rivalidad con quienes languidecían

 

En aquel mundo




Texto: Eduardo Magoo Nico

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