La Chica Silenciosa hizo
sentir un suspiro...
(Las mujeres como ella, con su solo
respiro generan Humanidad).
En su silencio:
-¿Dónde habré metido ese bendito
cassette de "Acquaman y los Galácticos"?
-¿Cómo puedo ser tan pelotuda? ¡Si el
Pontífice llega a enterarse, me hace empalar en Villa Fiorito!
Luego de un giro como de danza, con
su largo vestido de encaje celeste sobre los cuadrados negros y blancos del
embaldosado marmóreo, ella se dice:
-Y encima ni Guti, ni Pihué, ni el
Muñeco (enfalansteriados como están en Colonia
Hughes) podrán venir a ayudarme...
-¡No me queda otra que tomar el
primer bondi que pase!
-¡Otro cacho de humanidad que se
pierde, y siempre por mi culpa, por mi grandísima culpa!
Interrumpiendo su no decir diciendo,
el Pontífice aparece repentinamente, y exclama:
-¡Como vinos preciosos mis versos
también tendrán su hora!
(¡Qué susto, me cago en Dios! ¿De
dónde salió éste ahora?).
-¡Es por vos que vivo solamente! (Respondiole
prontamente ella).
-Lo mismo pensaba yo cuando
venía hacia aquí.
(Desafortunada coincidencia: de los dos, al menos uno miente).
Caminando magníficamente asidos por
el brazo, recorrieron la terraza Palatina.
Dieron un último vistazo a las
colinas circundantes.
-(Todos los centinelas han muerto en
su puesto, he visto sus miradas, he admitido que me mirasen).
-¡Nadie te amará nunca como yo te he
amado, Ponti!
-Cras amet qui nunquam amavit…
-Quique amavit cras amet.
(¡Cazzo, todavía debo pensar en como
rajar de acá, antes que se desencadene la hecatombe!).
-¿Acaso lloras, Elena... por qué?
-No me lo preguntes, yo lloro.
-Dicen que Amor, es sólo piel y
huesos, que va descalzo y será siempre pobre...
-¡Es que desde lejos, se ve mejor!
(Dijo ella secándose las lágrimas).
-Ponti, si no te reís, por lo menos
haceme un pucherito, que me gusta...
-Siempre pidiéndome cosas demasiado
difíciles, sino imposibles, Elena. ¡A mi edad! (Yo a ésta la hago encular por
el primer Guardia Suizo que se me presente).
-¿Ponti, realmente, vos pensás que
un amor como el nuestro, podría darse entre la gente que curra?
-Elena, en primer lugar te diré que
yo no soporto que se reemplace con el vocablo curre, el noble gesto del trabajo y del esfuerzo, o que se emplee robar (ejemplo sin igual, de una
sociedad y un lenguaje degenerados) por emular, repetir, citar, reescribir,
recibir influencia, inspiración, o asumir una determinada tradición, incluso
copiando (si esto fuese literalmente posible).
¡Y la teoría del “entre”, querida mía, se
la podés dejar a Gombrowicz y a toda esa caterva de putos, rusos e hinchas de
Atlanta que todavía lo siguen, para que se la pongan donde corresponde!
-¡Pero Ponti, si vos te criaste en
Villa Crespo!
-¡Vade retro Satanás! ¡Yo siempre
fui de San Lorenzo!
-¿Entonces, niente pucherito?
-Mi respuesta es clara y distinta:
¡No!
-¿Ni? ¡Dále, aflojá un poquito!
-¡He dicho, no! (Y sin embargo, mi
corazón late como un pajarillo aterido por la nieve).
-¿Viste lo que te sucede por
malucho? Te vas a quedar sin el pan y sin la torta.
-¡La torta es mía!
-¿Pero quién le enciende las
velitas?
-(¡Ay! ¡Dios! ¡Mi trabajo es
infinito...!). ¡Rezáte un Padre Nuestro, hacé el favor! Que en cualquier
momento llega el helicóptero.
-(Si es que no lo baja la
antiaérea... ¡Yo me tengo que tomar el piro!). ¡Corro!
¡Voy al baño y vuelvo, Ponti! ¡No te vayas sin mí, por el Sagrado Corazòn de
Jesús, te lo pido!
-¡No blasfemes, atorranta!
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