Canción de los niños con hambre (fragmento)
¿Que aún se ignore que el hambre es
peor que todos los inviernos?
Se me saltan los ojos
y los pulsos, ebrios.
Mi rebelión aúlla oscura
más que en la nieve lobo hambriento.
Cantaré como los piratas
pulsando con el viento
y el alma desterrada
el cordaje velero.
Que ignoréis lo demás, no importa:
hay niños con hambre, sabedlo.
Niños que lloran
con llanto de hombre, oh cielos.
El regreso del Moro (fragmento)
(…) Como otros tienen la pasión del juego, el alcohol o los dividendos, yo tengo la pasión del caballo, desde niño y siempre, aunque ya haga años que no sienta consonar con el mío el latido del galope.
Para mí el relincho no sólo es un clarín, con un pulso y vida que no tiene el otro, sino una de las músicas del mundo, que aumenta la hondura del cielo y el verdor de los prados. Para mí el galope sólo tiene paralelo en el arrojado brinco de la catarata o del arco iris.
He trabajado durante un cuarto de siglo en pastos, lidiando con vacunos y yeguarizos.
Hijo de
Lo trajeron a casa, desde los potreros, una mañana muy temprano, a los dos o tres días de nacer, con su madre, que fue atada al tronco del aguaribay del traspatio. Allá corrimos todos, golosos de novedad, a conocerlo. Era negrísimo como una semilla de sandía. Hallábase mamando en ese momento, con las orejitas amusgadas y una de las patas traseras muy apartadas de las otras. De pronto dejó el chupete, se plantó sobre sus diminutos vasos y sus larguísimas canillas, con un ¡quién vive! en las orejas erectas, meneando el breve rabo y removiendo el hociquillo en el paladeo de la última gota de leche. Los ojos: dos gotas de infinito… Se oyó un coro de ponderaciones y arrumacos, en que distinguí hasta la voz de mi madre. (…)
Luis Franco, poeta y ensayista argentino, nació y vivió largamente en Belén, provincia de Catamarca.
1 comentario:
Celebro la evocación a uno de los poetas que más admiro.
Gracias, y enhorabuena.
Saludos.
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