El enorme
trabajo
El peso de la
tierra
De esta tierra
atada
Alambrada al
trabajo
Las llagas de
las llagas de uno
De músculos
retorcidos como paja
Colgando de un
alambre
En el lejano
horizonte
Sobre una
carretilla que es el mundo
La bolsa de
plumas de mi pensamiento
Liviano, como
una pesadilla
Zara
Soy la valentía
El hombre de
este mundo
El inocente
asesino sin saberlo
Soy la valentía
El trabajo ajeno
y sin sentido
Siempre ajeno
Yo no sé
(Y nada quiero
saber)
Que fue otra, la
que
Adelantando el
carro de la historia
Detuvo el látigo
y vino a salvarme
Lloraba Zara
Lloraba por mi
valentía
Que perdía para
ella
Lloraba por mi
vientre helado
Que ya veía
atado al mástil
Hinchado de
carbunclo
Zara
Mi cuerpo
exhausto
Delgado, como
una pesadilla...
Texto: Eduardo Magoo Nico
Foto: Un conventillo de Buenos Aires. Fines del 800 (Archivo General de la Naciòn).
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