Cuanto me gusta escuchar el viento pasar entre los
árboles
No lo averiguaste
Apenas hubo tiempo de apearse
Y siempre mucho ruido, y no distante
Espina de erizo
Mi dolor entre tus manos temblorosas y mordidas
No quisiste
Soy de a caballo (según se dice)
Aunque me criaron yeguas mansas
De andar cansino y elegante
Me entristece la vecina lluvia
Y estoy entre los charcos que espejan el cielo
Cuando la tierra se abre
Ese aroma exquisito, es de todas las hembras
El que más me embriaga
“Yo soy mi padre y yo”
Te dije sobreactuando cuando te vi
La primera vez, sobre una roca
Nada sabía de ese miedo
Ni de esta clase de humedad que permanece
Rompiente de ilusiones sobre mí
Que alambrado estoy a un poste
-Soy del llano: algo que no comprendes…
Las manos enlazadas bajo la rodilla
Como una aleta el pie, recién desprendido de su guante
Un muslo sobre su pecho
Mientras la pantorrilla cierra un triángulo de sombra
Inscripto en el círculo de su abrazo
Tu primer rostro, fue esa linea de piel y sal
Que dividiendo los cabellos
Ocultaba unos rasgos aún no del todo adivinados
Tu segundo rostro
Ojeras chorreadas sobre dos almohadillas
Veinticinco pequeñas arrugas en tu boca de foca
Los ojos redondos y algo opacos…
Mucho el tiempo he merodeado en estas costas
El mar que es demasía
Cubre esta vez iracundo el golfo místico
Tu vestido de loba se quedará conmigo
Me cubriré con su piel sangrante
En su interior grabaré una a una las palabras
Que me fueron transmitidas para sujetarte
En vos yo escribiré mi vida para que te la lleves
Como un tatuaje sin mancha
Cálido seguro e indeleble
2 comentarios:
...es como poesía narrada, una técnica peligrosa y que te puede estallar en la cara, poesía audaz la tuya que cualquiera no puede... estás a un tris del relato...
la avalo
Conozco este poema desde hace unos meses que el autor lo presentó en sociedad. Desde el principio me atrapó.
No me había atrevido a darle las gracias públicamente y ahora lo hago por haberme hecho resistir y reexistir.
Con silencio amigo,
Felisa
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