La imagen de una durmiente insomne
Bañada de luz blanca
Sale a la calle portando una lámpara:
Huelo en mi sudor una suciedad aún mayor
Que la de la muerte
La sangre de una mujer
Luego la sangre de otra mujer
Luego la mía
Los focos del alumbrado
Llueven diagonales blancas
Sobre el gris parejo de adoquín
Dos ojos vaciados en negro
La lámpara que parece proteger con su gesto
Ya no está entre sus manos
Aparecen en el fondo otras lámparas
Que se multiplican
Para dibujar un trayecto
El que ella recorre, polaca
En veinticuatro preludios de silencio
Lleva un vestido de encaje
Que se desliza sin pliegues por el suelo
Tiene el aspecto hipnótico de las grandes muñecas
Mientras viene sin avanzar
Ella misma se va, dejando marcas
Ahora está tu desnudo en un andén
De techo de cristal
Tus ojos están cerrados
Tu expresión es lívida
Llevas el pelo suelto
Tus pechos acompañan el ángulo de tus pies
Abiertos al ensueño
Perpetuados por las cenizas de un viernes
Tus ojos cerrados me avergüenzan
Y yo soy el que desnudo me encajo
Y obturo con mi muerte
La vía regia en terciopelo de tu sueño
Silencio del dogma
Silencio de las escrituras
Todas la luces
Para que no despiertes
Texto: Eduardo Magoo Nico
Imagen: Paul Delvaux, "Todas las luces".
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