sábado, octubre 17, 2020

Eduardo Chirinos (1960 - 2016)

 

Hace millones de años un cometa (o varios) se estrelló contra la Tierra, la perforó y la llenó de agua. Turbulentas aguas que desataron olas gigantescas, tsunamis catastróficos, remolinos de hielo y rocas.

No le hicieron daño a nadie: en la Tierra no había asomo de vida. Cuando los remolinos cesaron y acabó la turbulencia la paz reinó en las profundidades marinas.

Entonces algunas moléculas (las más atrevidas y vivaces) se animaron a reproducirse en ese caldo o sopa primordial, el jardín del pulpo donde ansiamos volver.

Según esa teoría, de allí venimos todos: los perros, las moscas, los pandas gigantes, las aves de corral, los lectores de poesía.


Escolio al poema “El jardín del pulpo”, de Eduardo Chirinos.

Gentileza de Horacio Berra.


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