Saber quien es
Ha sido siempre el
privilegio
De la víctima
Conocer cuánto se
puede soportar
Es el arma
(Que no se
desenfunda)
No habiendo Otros a
la vista
Se escribe entonces
por motivos inferiores
Pagando caro (a
cuenta) el uso de cada palabra
El himen himeneo
Llama desde la
podredumbre
Bajo el fragor de la
hojarasca
Aunque ya no suene la
siringa
Y el oboe melodioso
Haya tragado tanta
tierra
Los muertos (ya lo
ves)
No se cansan de parir
y construir
Su propia muerte
Mientras los que
están hechos como nosotros
Se empeñan siempre
más y más en devorarse
Como espantado de mí
mismo
Y de mi historia
Surco el aire a
veces:
Así la huella del
murciélago
Abrió esta grieta en
la tarde
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