Dame la libertad,
abre las puertas de mi jaula,
dame ser aire, espacio:
extraño el mar, tengo sed de su mirada,
tan alto es mi deseo
que como un techo él desciende sobre esta cárcel.
He arrojado la máscara sin saber que ella era el mundo
Y que detrás del mundo, en derredor,
otro mundo de sombra se aprestaba a atacar,
que galeotes seremos de oscuras libertades.
No hay esperanza, ya lo sé: dame entonces el engaño
De ver estas cadenas como apretadas ramas
En la paz de tu selva.
Concédeme el error, la locura, el sueño
De que soy un estambre adormecido
Sobre tu piedra, al sol.
Susana Thénon: "La morada imposible". Ed. Corregidor
Ilustración: ENGRUDO (Gustavo Piccinini)
1 comentario:
Tenés razón. Son dos grandes poemas.
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